miércoles, 4 de febrero de 2009

ANGEL GAVIDIA



biografía
nació en Mollebamba, Santiago de Chuco, en 1953. Pasó su infancia en un caserío que en el incario se llamó Cundurmarca. Era una pampa mágica poblada de pardelas extrañas, grillos de colores y retazos de pantano que temblaban, en donde alguna vez aterrizó un avión. Esa pampa, que en las tardes sabía ponerse intensamente sola, le tomó de la mano para garabatear sus primeros poemas y probablemente todos los demás. Estudió medicina humana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y ahora se desempeña como médicó internista en el Hospital Belén de Trujillo y como docente en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de esta ciudad ,donde reside. Es decir, la poesía y la medicina batallan, son para él irreconciliables, exigiéndole cada una su porción de vida y de sangre, su parte de conocimiento teórico y práctico, su indispensable tiempo. He publicado dos libros de poemas (“La soledad y otros paisajes” y “Un gallinazo volando en la penumbra”) y dos en prosa, uno de cuentos (“Aquellos pájaros”) y otro de difícil clasificación (“El molino de penca”). Ha escrito, así mismo, dos ensayos: “El cólera en la ficción de García Márquez” y “Ribeyro y Santiago de Chuco”. Finalmente, considera que un buen poema ha de tener dos características fundamentales: capacidad de síntesis y capacidad de sugerencia, además, obviamente, de ese oxígeno especial, que a modo del aire que insufla los huesos de las aves, predisponga al vuelo, al luminoso vuelo.
poemas
Cuando el lobo de aquel Santo de Asís me dio posada y ví como abrigaba de tremenda ternura su guarida y cuando el cactus me dió su corazón de planta buena y me dijo “perdón por mis espinas… de pura soledad fueron creciendo”y cuando la tierra árida se puso alegre al vermey a manos llenas me dio de su esperanza ¡qué ganas de llorar…qué ganas!De “La soledad y otros paisajes”
Para llegar a Maya
Para llegar a Maya hay que oler en el viento su presencia estar atento descubrir sobre el trébol su pisada y enrumbar hacia el norte velozmentecon la mirada alerta en todo lo que sueñe o cante o ría:¡divisarla!ir dejando la ropa en el camino desnudarse de todo hasta ser buenoy llegar mansamente hasta rozarla apenas…como el viento¡Maya!y ya no decir más dejar que las bandadas se alboroten que los trigos expriman su dulzura dejar correr lo tuyo por su sangre como locos venados por la pampadejar…que Maya sabesobre el trébol en flor o entre los cedros Maya sabe querer como la tierra.De “La soledad y otros paisajes”
Poema encontrado en el bolsillo de un saco olvidado en la playa
Qué es esto que crece como pulpo en el pecho voraz y estira sus tentáculos queriendo detenerte.Qué, este tiempo que me empapa de ti y que no se conduele de los búhos hambrientos que enloquecen persiguiendo tus huellas.Qué, del puerto si el muelle se ha poblado de ataúdes y lontananza es una boa parda que se muerde y se muerde hasta hacerse sangrar.Y qué, de mi si ahora que recuerdo sólo he visto en la playa a un ser extraño que vino y que se fue dejando sobre el pelaje hirsuto de la tarde sus ojos su cerebro su libreta de apuntes…De “Un gallinazo volando en la penumbra”
La tarde
Una pelota ajena perdiéndose-de rebote en rebote-irremediablemente tras los cerros .De “Un gallinazo volando en la penumbra”
Autorretrato
La terrible certeza de unos pasos perdidos en el mar.
De “Un gallinazo volando en
la penumbra” .

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